Publicación original el 2 ago 2020 en LJA.MX
La construcción del libramiento carretero poniente es una gran noticia para Aguascalientes, más allá de la utilidad misma de este, el hecho representa una enorme oportunidad para la transformación de algunas calles de la ciudad por las que hoy circula el tráfico interurbano. En el momento en el que los vehículos, especialmente los tráileres dejan de transitar por ciertas vías, la función de estas cambia y el diseño urbano debería de reflejar esto. Amplias avenidas como Siglo XXI pueden pasar de ser bordes urbanos para convertirse en espacios de integración. Ya una gran parte de la población de Aguascalientes vive afuera de tercer anillo y lo cruza prácticamente a diario para acceder a trabajos y equipamientos, las intervenciones de diseño urbano pueden generar mejoras en la calidad de vida de estas personas, ya sea con mayor seguridad vial, agilizando los traslados de personas o incluso regenerando el tejido urbano.
Si lo analizamos, muchos de los fragmentos de Tercer Anillo/Siglo XXI son contradictorios a las condiciones de esta misma avenida, algo que no debería de ser mucha sorpresa tampoco, pues hasta hace unos pocos años aún no se había urbanizado y simplemente era un libramiento vial. Hoy en día, Tercer Anillo oriente es una avenida comercial, de alta densidad de población y con una gran cantidad de usuarios de transporte público, quizá incluso llegando a ser el principal corredor de transporte público de la ciudad con la ruta 50. Sin embargo, el diseño del espacio público destina la mayor parte del espacio a los autos, a pesar de que las personas que se mueven en automóvil representan una minoría en la ciudad y especialmente en dicha vía.
Tampoco estoy llamando a la peatonalización, la generosa sección oriente de Siglo XXI (con alrededor de 42 metros de ancho) nos ofrece muchas posibilidades de ser reconfigurada. Considero que esto es suficiente para que sin ningún problema se pueda dedicar un carril por sentido exclusivo al transporte público, así como ciclovía y banquetas anchas, con mobiliario urbano y arboladas. Con esto, también se verán simplificadas las circulaciones de los autos, pues no habría que compartir el carril de extrema derecha con camiones urbanos ni bicicletas, ni siquiera los otros carriles con los grandes tráileres que abundan en la vialidad. Podrían ver una de las propuestas conceptuales que elaboré en Streetmix. De hecho, estoy describiendo algo conocido en el mundo del urbanismo como una calle completa. El principio de estas es ofrecer espacios adecuados para la circulación de las personas en los distintos modos de transporte, algo en esencia democrático.
Otro punto de gran relevancia sería la permeabilidad de la avenida. Esto significa que tan fácil es cruzarla. Entre más sencillo sea, se favorecerá la accesibilidad, la interacción entre ambos lados de la avenida y la circulación centro-periferia. Para esto deberían de existir cruceros seguros prácticamente en cada intersección, aunque una aproximación crítica sería necesaria al elegir donde se instalaran estos nuevos cruceros y como serán diseñados. Un efecto derivado de esto sería la reducción de distancias recorridas en todos los usos modales, pues no hay que “rodear” hasta una intersección semaforizada como se hace hoy; incluso los autos recorrerían distancias más cortas, disminuyendo los vehículos en la vía. La circulación se podría mantener relativamente constante con la aplicación de semáforos inteligentes. Otro efecto asociado a la permeabilidad es que podría hacer los negocios aledaños más rentables, pues con una mayor accesibilidad, más personas podrían llegar a estos a consumir.
Conforme la población que vive en el “exterior” de tercer anillo vaya envejeciendo, será aún más importante estas mejoras en la accesibilidad. Quizá alguien joven puede jugársela y correr para cruzar tercer anillo o no le parezca tan desgastante el desplazamiento hasta un puente peatonal, pero difícilmente podríamos decir lo mismo para un adulto de tercera edad o incluso alguna madre/padre con carriola o algún individuo con movilidad reducida. Si estas necesidades son ignoradas, se dejaría fuera de la vida pública a decenas de miles de personas, algo que debemos de evitar a toda costa.
Finalmente, esta es la oportunidad que nos ofrece la construcción el libramiento poniente, al sacar de la ciudad el tráfico foráneo, existe la posibilidad de humanizar por lo menos el Tercer Anillo. La disminución en los tiempos de traslados de los ciudadanos, mejoras de accesibilidad e incluso la reducción de los gases de efecto invernaderos producidos por el transporte motorizado tendrían un notable impacto en el bienestar de la población y la prosperidad de la urbe. Quizá estos cambios no sean inmediatos, pero en futuras obras de reencarpetamiento asfáltico podrían ser ideales para iniciar la transformación del espacio público, me parece que los ciudadanos lo merecen.